
El análisis más extendido de esta palabra lo considera como una composición de las palabras griegas Ευρυς (“ancho”) y Ωπς (“vista, ojo”), pero se trata sin duda de una etimología incierta. Otros lingüistas piensan que viene de la palabra semítica ereb, que significa “ponerse el sol” (occidente). Desde una perspectiva asiática o medio-oriental, el sol se pone efectivamente en Europa, la tierra al oeste.
En la mitología griega, Europa (Ευρώπη en griego), hija de Agenor y de Telefasa, hermana de Cadmo era una princesa fenicia. Cuando estaba divirtiéndose con sus compañeras en la playa, Zeus la observó y acabó enamorándose de ella. Zeus se transformó en un toro blanco, tan manso, que Europa se acercó a él, puso flores sobre su cuello y finalmente se atrevió a montarlo; entonces, Zeus se levantó y cruzó el mar, llevándola a la isla de Creta, donde Europa dio a luz a Minos. En las obras de Homero, Ευρώπη es una reina mitológica de Creta y no una definición geográfica. Más tarde, la palabra pasó a significar Grecia Continental y desde el año 500 a. C. su significado contiene toda la tierra al norte del mar Mediterráneo.
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